Hay varios tipos de tubos de calefacción, incluyendo:

• Tubos de cobre: Son una opción popular debido a su durabilidad y facilidad de instalación. También son resistentes a la corrosión y tienen una buena conductividad térmica.

• Tubos de acero inoxidable: Son resistentes a la corrosión y tienen una buena conductividad térmica, lo que los hace ideales para su uso en sistemas de calefacción que están expuestos a altas temperaturas o a condiciones climáticas extremas.

• Tubos de hierro fundido: Son resistentes y duraderos, pero son más pesados y más difíciles de instalar que otros tipos de tubos.

• Tubos de PVC: Son ligeros y fáciles de instalar, pero tienen una menor conductividad térmica y no son tan resistentes como otros tipos de tubos.

• Tubos de polietileno: Son ligeros y resistentes a la rotura, pero tienen una menor conductividad térmica y pueden deformarse a altas temperaturas.

Es importante tener en cuenta que cada tipo de tubo es adecuado para diferentes aplicaciones y que es importante elegir el tipo adecuado para tu sistema de calefacción en particular. En algunos casos por los niveles de temperatura, los restos que dejan en el tubo, lo cerrado que sea, o si van dentro de la pared o por fuera, hay ciertos tubos que no podrán valer, por lo que conviene siempre fijarse en el tipo de instalación de la estufa y combustible empleados.

Cuando compras un tubo de calefacción, algunas de las cosas que debes considerar son:

• Tamaño: asegúrate de que el tubo de calefacción sea del tamaño adecuado para tu hogar o espacio de trabajo. Si el tubo es demasiado pequeño, puede que no proporcione suficiente calor, mientras que si es demasiado grande, puede ser ineficiente y costoso de operar. Esto es importante principalmente en el caso de tuberías que van por dentro de las paredes o espacios limitados. Disponemos de los siguientes tamaños: 

  • Calefacción de pellet: 80 y 100 mm
  • Calefacción de leña: 100, 110, 120, 150, 200 y 250 mm
  • Conductos de acero inoxidable: 150, 180, 200 y 250 mm
  • Conductos de acero galvanizado: 80, 90, 100, 110, 120, 125, 150, 175, 200, 250 y 300 mm

• Tipo de combustible: hay diferentes tipos de tubos de calefacción que se pueden utilizar, como los que funcionan con gas, electricidad o aceite. Asegúrate de elegir el tipo adecuado para tu hogar o espacio de trabajo, principalmente por las molestias o problemas que puedan sucederse por ejemplo con sistemas de calefacción que expulsen mucho humo.

• Eficiencia energética: busca tubos de calefacción que sean eficientes desde el punto de vista energético para ahorrar dinero en tu factura, dado que cuanto más calor expulsen o mejor contengan el aire pueden ahorrar sobre todo en el combustible que acabes empleando.

• Mantenimiento: asegúrate de que el tubo de calefacción sea fácil de mantener y de limpiar para ahorrar tiempo y dinero a largo plazo. Esto es más importante si la limpieza la va a realizar uno mismo.

• Marca y garantía: elige una marca de confianza y asegúrate de que el tubo de calefacción tenga una garantía de por lo menos unos pocos años para proteger tu inversión.

Todos los tipos de tubos de calefacción tienen cierto nivel de riesgo, ya que involucran el uso de energía y calor. Sin embargo, algunos tipos de tubos de calefacción son considerados más seguros que otros.

• Tubos de calefacción eléctricos: estos son una opción segura ya que no producen llamas ni gas, lo que los hace menos propensos a causar incendios o explosiones.

• Tubos de calefacción de gas natural: estos son seguros si se instalan y utilizan correctamente, ya que el gas natural es menos inflamable que otros combustibles como el gas propano o el aceite. Sin embargo, es importante mantener la instalación y los conductos de gas en buen estado para evitar fugas.

• Tubos de calefacción de biomasa: estos son una opción segura y sostenible ya que utilizan fuentes de combustible sostenibles, como la leña o la paja, en lugar de combustibles fósiles. Sin embargo, es importante asegurarse de que el fuego se mantenga bajo control y de que se utilicen adecuadamente para evitar incendios o filtraciones de humo, sobre todo en la parte unida a donde se produce la combustión. Esto también implica tener en cuenta las zonas por donde pase el tubo hasta salir al exterior, dado que el calor puede afectar a los materiales de la construcción.

En general, es posible que necesites cambiar tu tubo de calefacción si:

• Ha alcanzado su vida útil estimada.

• Ha dejado de funcionar correctamente: esto puede incluir problemas como fallos frecuentes, rendimiento ineficiente o una producción insuficiente de calor. Esto suele darse comúnmente por el paso del tiempo o por algún problema con los materiales que haga que tenga un desgaste mayor o peor rendimiento.

• Ha sufrido daños: daños por oxidación, roturas o daños causados ​​por el agua son de los más comunes normalmente.

En general, es importante seguir las instrucciones del fabricante y realizar mantenimientos periódicos para asegurar que tu tubo de calefacción funcione correctamente y prolongar su vida útil. Es importante hacer bien las revisiones y limpiezas porque es en ellas donde verás mejor el estado de tus tubos de calefacción o estufas, por lo que sabrás si sufren roturas o desgastes que puedan ser peligrosos.

Los sombreretes son dispositivos que se instalan en la salida del humo de una chimenea o estufa para evitar la entrada de aire frío y ayudar a extraer el humo de manera eficiente. Algunos de los factores que puedes considerar al elegir un sombrerete son:

• Diseño: elige un sombrerete con un diseño adecuado para tu chimenea o estufa, que se ajuste a tu instalación. Luego el resto puede quedar más a gusto de cada uno, aunque respetando la normativa al respecto para una salida segura del humo al exterior.

• Material: los sombreretes suelen estar hechos de acero inoxidable o aluminio. El acero inoxidable es más duradero y resistente a la corrosión, pero también es más pesado y puede ser más costoso. El aluminio es más ligero y económico, pero también es más propenso a la oxidación.

• Tamaño: asegúrate de que el sombrerete sea del tamaño adecuado para tu chimenea o estufa. Si es demasiado grande o demasiado pequeño, puede ser ineficiente y puede causar problemas de humo, acumulándose en la instalación.

• Montaje: elige un sombrerete que sea fácil de instalar y que se ajuste bien a tu chimenea o estufa. Esto te ayudará luego en tus revisiones y limpiezas de la instalación.

• Garantía: busca sombreretes con una garantía de por lo menos unos pocos años para proteger tu inversión.